Cine sostenible: cómo rodar sin cargarse el planeta
Hacer cine nunca ha sido fácil. Que si el guion, que si los actores, que si la cámara se queda sin batería justo en el momento más importante. Pero ahora, a todo ese caos creativo hay que sumarle una pregunta que no se puede esquivar: ¿y el medio ambiente, qué?
Porque sí, el cine también contamina. Y no poco. Piensa en luces encendidas todo el día, generadores tragando gasolina como si no hubiera un mañana, plásticos por todas partes, botellas de agua para aburrir y toneladas de residuos al acabar el rodaje. Eso sin contar con los viajes en avión, las localizaciones a tomar por saco y la comida que se desperdicia a paladas. Vamos, que la cosa tiene tela.
Pero no todo está perdido. En los últimos años ha nacido un movimiento que quiere darle una vuelta al calcetín: el cine sostenible. O como algunos lo llaman, el green filmmaking. La idea es simple: contar historias sin cargarse el planeta por el camino. Y lo mejor es que no hace falta tener un presupuesto de Hollywood para sumarse al carro.
¿Qué es el cine sostenible?
No hay una definición grabada en piedra, pero en esencia se trata de aplicar prácticas respetuosas con el medio ambiente durante todas las fases de una producción audiovisual. Desde el guion hasta la postproducción. Todo suma.
¿Ejemplos? Usar luz natural siempre que se pueda. Rodar en lugares cercanos para evitar desplazamientos largos. Apostar por materiales reciclados para el vestuario o la escenografía. Y algo tan sencillo como decir adiós a los vasos de plástico de un solo uso. Que ya está bien.
¿Y esto quién lo hace?
Más gente de la que parece. Algunas superproducciones ya han dado el paso, aunque lo cuenten bajito. The Amazing Spider-Man 2, por ejemplo, fue una de las primeras películas en recibir un sello verde por reducir sus emisiones durante el rodaje. Pero también hay documentales, cortos y proyectos independientes que están cambiando el chip.
En España la cosa se mueve, aunque despacito. Existen iniciativas como la Guía de Rodaje Sostenible, o colectivos que ayudan a cineastas a reducir su huella ecológica. Poco a poco, como se dice, se va haciendo camino al andar.
¿De qué presupuesto estamos hablando?
Buena noticia: hacer cine ecológico no es sinónimo de gastar más. Al contrario. Muchas veces es cuestión de sentido común. Ahorrar luz, aprovechar materiales, evitar el despilfarro. Vamos, lo que haría tu abuela si dirigiera una peli.
Aquí van algunas ideas para que no digas que no se puede:
- Luces LED y sol: si hay buena luz, ¿para qué encender focos?
Ropa de segunda mano: ideal para vestuario, y además tiene más personalidad.
Catering local y sin derroche: ni tres tipos de hummus ni 20 bocatas que se van a la basura.
Digital, siempre que puedas: menos papel, menos tinta, menos lío.
Transporte compartido: que no hace falta llegar en cinco coches distintos si vais al mismo sitio.
Todo eso suma. Y no cuesta un riñón.
¿Cómo puedo formar parte de este movimiento?
Buena pregunta. Tal vez no tengas blog, ni redes potentes, ni intenciones de convertirte en influencer del cine ecológico. Pero eso no significa que no puedas aportar tu grano de arena. Cada pequeño gesto cuenta. Y eso incluye también cómo compartes tu trabajo.
¿Grabaste un corto sostenible? Súbelo a plataformas y cuéntalo. ¿Usaste ropa de segunda mano para el vestuario? Haz una publicación sencilla explicando el porqué. ¿Grabaste con luz natural en el patio de tu primo? Eso también es parte de tu historia. No hace falta soltar un rollo técnico. Basta con decir lo que hiciste, cómo lo hiciste y por qué te pareció importante. Esa sinceridad conecta con la gente más que mil etiquetas verdes.
Y si tienes un grupo de WhatsApp, un canal de YouTube o un perfil de Instagram donde enseñas tus rodajes, ahí mismo puedes meter la semillita. No para dar lecciones, sino para mostrar otra forma de hacer las cosas. A tu ritmo. Sin postureos. Porque si inspiras aunque sea a una persona a hacer las cosas con más conciencia, ya vale la pena.
¿Y si nadie me toma en serio?
Tranquilo, no eres un bicho raro. Al principio puede que te miren con cara rara cuando digas que quieres hacer cine sin contaminar. Pero luego verán que no solo tiene sentido, sino que además te puede diferenciar del resto. Y en un mundo lleno de gente intentando hacer lo mismo, destacar no es mala idea.
Además, cada vez hay más festivales que valoran la sostenibilidad en sus convocatorias. Y no lo hacen por postureo. Lo hacen porque saben que esto va en serio. Si te marcas una producción bien pensada, con conciencia ecológica, puede que no ganes un Óscar, pero igual te llevas una buena ovación.
Historias verdes para un futuro menos gris
Más allá de cómo se rueda, también importa lo que se cuenta. Muchas pelis siguen vendiendo el coche, el avión, la hiperproducción como si fuera lo más normal del mundo. Pero hay historias que plantean otra mirada. Que hablan del cambio climático, de comunidades resilientes, de formas de vida más respetuosas. Y eso también forma parte del cine sostenible.
No se trata de hacer películas moralistas que parezcan un anuncio de ONG. Se trata de colar el mensaje de forma inteligente. Como quien no quiere la cosa. Un personaje que se mueve en bici. Una historia que sucede en un pueblo autosuficiente. Detalles que suman. Y mucho.
Conclusión (porque todo buen guion tiene una)
Rodar sin destrozar el planeta no es una utopía. Es una necesidad. Y además es perfectamente posible. Solo hace falta cambiar un par de hábitos, pensar un poco antes de disparar la cámara y, sobre todo, creérselo.
Si eres filmmaker y estás empezando, tienes en tus manos la posibilidad de hacer las cosas de otra manera. Y si ya llevas tiempo en esto, nunca es tarde para replantearte cómo haces tu magia.
Haz cine. Cuenta historias. Pero hazlo sin dejar un reguero de basura detrás. Porque el mundo ya tiene bastantes dramas como para que encima los rodemos con generadores contaminantes y platos de plástico.
Y si te dicen que eso no se puede… tú diles que sí. Que lo estás haciendo. Y que además te queda de cine.
¿Quieres que te ayudemos a despegar? Pásate por Visorfly y nos cuentas ;).
